El otro día, al despertarme abrí el armario que hay en mi baño y tiré las lentillas que tenia en el estuche. Puede parecer un echo totalmente normal, y lo es, pero haber cambiado las lentillas significa que ha pasado ya el primer mes. Un mes en tierras canadienses. Un mes lleno de gente nueva, lengua nueva, familia nueva, casa nueva... en fin, vida nueva. Y no os voy a mentir, a veces es un poco duro.
Una de las cosas que me ha aligerado esta adaptación, ha sido la familia. Desde el día en el que llegué han sido súper acogedores, abiertos y cariñosos conmigo. En unos días me sentía totalmente uno de ellos. Hemos hecho bastantes actividades que nos han unido más aún; fuimos un fin de semana de camping, hemos ido en bici un par de veces a Quadra (la isla de delante de Campbell River), visitamos una feria de coches antiguos que se celebraba en la ciudad... Me han ayudado con pequeñas cosas que no tenía claras del cole, temas médicos... Realmente me he sentido como en casa.
Por otro lado, tanto todo el equipo de gente que trabaja con nosotros, los internacionales, como la propia Fundación, han facilitado mucho este proceso. He experimentado muchas de las cosas de las que nos hablaron en las jornadas orientativas en abril, las dudas que se me han presentado han sido rápida y eficazmente resueltas. Todo ha sido mucho más cómodo de lo que imaginaba. Hay que decir que las cosas son más fáciles ahora con todas las nuevas tecnologías (bendito sea el Skype) y es mucho más fácil mantener contacto con la gente que has dejado atrás y eso, quieras o no, ayuda mucho.
Campbell River es precioso. Mires donde mires ves árboles, montañas, animales... (llueve mucho, sí, pero vale la pena). Desde la ventana de mi habitación puedo ver el océano y la isla de Quadra, todas las mañanas veo una familia de ciervos cruzar la calle... Eso, y el hecho de ver las banderas canadienses hondear todos los días, es realmente un sueño hecho realidad.
Por otro lado, tanto todo el equipo de gente que trabaja con nosotros, los internacionales, como la propia Fundación, han facilitado mucho este proceso. He experimentado muchas de las cosas de las que nos hablaron en las jornadas orientativas en abril, las dudas que se me han presentado han sido rápida y eficazmente resueltas. Todo ha sido mucho más cómodo de lo que imaginaba. Hay que decir que las cosas son más fáciles ahora con todas las nuevas tecnologías (bendito sea el Skype) y es mucho más fácil mantener contacto con la gente que has dejado atrás y eso, quieras o no, ayuda mucho.
Campbell River es precioso. Mires donde mires ves árboles, montañas, animales... (llueve mucho, sí, pero vale la pena). Desde la ventana de mi habitación puedo ver el océano y la isla de Quadra, todas las mañanas veo una familia de ciervos cruzar la calle... Eso, y el hecho de ver las banderas canadienses hondear todos los días, es realmente un sueño hecho realidad.
El pasado 18 de setiembre fuimos con el grupo de internacionales a un Whale Watching Tour (Tour para ver ballenas). UNA PA SA DA. Estar sentado en una lancha y que a 10 metros de ti aparezca un
ser de más de diez toneladas, levante su enorme cola y se vuelva a sumergir en el agua, rodeado de un paisaje tremendamente bello, es algo impresionante, majestuoso.
ser de más de diez toneladas, levante su enorme cola y se vuelva a sumergir en el agua, rodeado de un paisaje tremendamente bello, es algo impresionante, majestuoso.
Ballena jorobada. 18 de septiembre.
Whale Watching Tour
Estar en un instituto totalmente nuevo, desorientado y sin amigos en los que apoyarte da respeto. Mucho respeto. Pero esta sensación se desvanece después de familiarizarte con los pasillos y las clases. Al principio, si os soy honesto, con quien pasaba más tiempo en el cole era con el candado de la taquilla (que infierno), pero poco a poco, la gente que te saluda todos los días se te va acercando más y más y acabas, sin querer, estableciendo una relación con ellos, algo que, todavía no es amistad pero es a lo que más se parece. El hecho de estar dentro de un grupo de gente (internacionales) que se encuentra en la misma situación que tu, hace más fácil las cosas, pero una vez te sientes más a gusto con el idioma, relacionarte con gente canadiense es lo mejor. Son muy abiertos, dispuestos a entablar una conversación contigo sin apenas conocerte. Gente que, te sonríe por los pasillos aunque todavía no saben tu nombre. Te sientes aceptado, como si hubieras vivido toda la vida allí. Y es que me encanta Canadá.
La otra cosa importante: si estás leyendo esto, es que por alguna razón estas interesado en mí, o en la Beca en sí. Si naciste en 2001 y te gustaría estar en mi sitio, no dudes en rellenar los formularios y en hacer el primer examen, solo con eso ya vale la pena. No me creo que haya pasado ya un año, UN AÑO desde que le di al botón de *Estudia en Canadá*. un año lleno de gente asombrosa, momentos únicos y sensaciones inefables. Y es que quién me iba a decir a mí, hace un año que estaría sentado en este sofá, a 9000km de mi casa, lejos de mi lengua y de mi cultura y que pese a todo eso, todas las mañanas al despertarme me sienta orgulloso de ver la bandera canadiense por la ventana.
Estando aquí, no solo estoy conociendo un país nuevo, me estoy conociendo a mí mismo.
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